La segunda parte del Salmo 71:6 dice:
De las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; de ti será siempre mi alabanza.
Y el Salmo 22:9 dice:
Pero tú eres el que me sacó del vientre; el que me hizo estar confiado desde que estaba a los pechos de mi madre.
Esto significa, que fue por voluntad de Dios que naciste.
No es un error que estés aquí, naciste porque Dios así lo quiso aunque no lo
parezca.
El pensar que naciste por error, solo hace que te veas en la vida como víctima más no como un vencedor y debo recordarte que Dios no quiere ver así al embrión que un día vieron sus ojos en el vientre de tu madre.
Pensar que naciste por error, solo te priva de encontrar en cada dificultad de la vida es una oportunidad para crecer y mejorar.
Pensar que naciste por error, solo te priva de trazar y alcanzar las metas que te propongas.
Pensar que naciste por error, solo te lleva a dudar de gran amor de Dios por ti.
Pensar que naciste por error, no te permite ver lo bueno que tienes a tu alrededor; sino que te lleva a pensar solo en lo negativo. Por tanto, levántate y aférrate a lo que dice la Palabra del Señor en Isaías 44:2-3 dice:
44:2 Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío
Jacob, y tú, Jesurún, a quien yo escogí.
44:3 Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu
generación, y mi bendición sobre tus renuevos; Por último leamos en Gálatas 1:15-16 dice:
1:15 Pero cuando agradó a Dios, que me apartó desde el vientre de mi madre, y me llamó por su gracia,
1:16 revelar a su Hijo en mí…
Este texto nos enseña una inmensa verdad; la cual es, que el gran propósito por el cual Dios nos aparta desde el vientre de nuestra madre por su gracia, es revelar a su Hijo en nosotros y por medio de nosotros; en otras palabras, el propósito de Dios contigo, es que conozcas a Cristo y te conviertas en su expresión aquí en la tierra.
Dios desea que cuando el mundo nos vea, vea a su Hijo en nosotros; y al verlo, encuentren también en nosotros su amor, su compasión, su fidelidad y su integridad.
Te aseguro que no existe mayor propósito para vivir que este; y tampoco existe mejor manera de encontrar un propósito en la vida, que entregarse a los propósitos de Dios.
Te hago una pregunta ¿Que debe provocar en nosotros el saber que Dios nos cuidó aún desde antes de nacer, que por su voluntad nacimos y que Él tiene un gran propósito para con nosotros indudablemente?
Debe provocar agradecimiento, admiración por su grandeza y un profundo deseo por servirle.
Pensemos en lo siguiente: ¿Que desprecio o rechazo será mayor que el amor de Dios por nosotros aún desde antes de nacer?
Dios es quien da gloria a lo que otros rechazaron y Dios es quien mantiene con vida a quien otros intentaron matar desde el vientre.
Dios es nuestro hacedor y por tanto, Él nos ayudará a cumplir los objetivos para los cuales Él nos ha llamado.
No debemos pensar que luego de nacer Dios se ha desentendido de nosotros; por el contrario, debemos reconocer que Dios siempre nos ha estado indicando el camino que debemos seguir.
No importa bajo qué condición hayas nacido, los propósitos de Dios no tienen limitaciones.
Cuando creas que no vales nada y comiences a odiarte, recuerda que Dios te dio valor desde antes que nacieras y aun sabiendo los errores que ibas a cometer.
Recuerda siempre, Dios cuidó de ti desde antes de nacer, decidió que nacieras y te dio un propósito para vivir.
